As Salamou 'Alaykoum
Je m'excuse auprès de tous ceux qui ne comprennent pas l'espagnol, mais étant une femme espagnole, j'utiliserai notre langue commune.
Salam hermana. Yo también soy español y por eso te escribo en nuestra lengua. Me es más fácil expresarme.
Con respecto a tu caso, e independientemente de lo que te diga el Sayyed Moosavi, que será lo más acertado, decirte que tu caso me ha llamado bastante la atención.
No quisiera pecar de soberbio ni de creerme que lo sé todo, pero tu caso es lo bastante difícil como para que no te quedes sin ningún consejo.
Dices que llevas 13 años conviviendo con tu compañero (en España diríamos con tu “pareja”). Por lo que entiendo, no estás casada y la convivencia carece de cualquier vínculo jurídico que formalice vuestra relación (no hay matrimonio). Tú eres musulmana y tu compañero no lo es. ¿Quieres decir que es ateo? ¿o que no quiere convertirse al Islam porque no quiere comprometerse con nuestra religión?. Creo que vives en un gran dilema: “le amas, pero no quieres desobedecer a Allah”. ¿Habéis tratado el tema con tranquilidad?, porque este asunto necesita paciencia y comprensión.
Una forma de abordar este asunto es que le expliques los beneficios que os traería el que los dos compartierais la misma religión. Para una pareja (que convive junta) es muy importante que tengan la misma “quibla”. Aunque en las cosas de este mundo puede haber discrepancias entre la pareja, en los asuntos de la religión es mejor estar unidos. Dos personas que se aman y que comparten el amor por Allah y la devoción en la práctica religiosa son capaces de conseguir lo que se propongan, en este mundo y en el otro.
Háblale de todos esos beneficios. Hazle ver que la religión no es una carga, sino un alivio para las tensiones de este mundo. Háblale con sinceridad y dulzura (como hacía el Profeta (a.s.s.) cuando explicaba la religión).
Pero, si después de que le hayas hablado sigue sin querer abrazar el Islam, deberás tomas una de estas dos decisiones:
1º.- Seguir juntos, como hasta ahora, pero siendo infeliz con la pena de que tu pareja no siga tu religión.
2º.- Renunciar a la convivencia y separaros, durante un tiempo, para que él pueda reflexionar.
Finalmente, hacerte la siguiente reflexión: “hombres hay muchos, pero solo hay un Dios”. En tu mano está saber lo que más te conviene.
Salam